Claudio Rodríguez
Me la están refregando, alguien la aclara.
¡Yo que desde aquel día
la eché a lo sucio para siempre, para
ya no lavarla más, y me servía!
¡Si hasta me está más justa¡ No la he puesto
pero ahí la veis todos, ahí, tendida,
ropa tendida al sol. ¿Quién es? ¿Qué es esto?
¿Qué lejía inmortal, y que perdida
jabonadura vuelve, qué blancura?
Como al atardecer el cerro es nuestra ropa
desde la infancia, más y más oscura
y ved la mía ahora. ¡Ved mi ropa,
mi aposento de par en par! ¡Adentro
con todo el aire y todo el cielo encima!
¡Vista la tierra tierra! ¡Más adentro!
¡No tenedla en el patio: ahí en la cima,
ropa pisada por el sol y el gallo,
por el rey siempre!
He dicho
así a media alba
porque de nuevo la hallo,
de nuevo el aire libre sana y salva.
Fue en el río, seguro, en aquel río
donde se lava todo, bajo el puente.
Huele a la misma agua, a cuerpo mío.
¡Y ya sin mancha! ¡Si hay algún valiente,
que se la ponga! Sé que le ahogaría.
Bien sé que al pie del corazón no es blanca
pero no importa: un día...
¡Qué un día, hoy, mañana que es la fiesta!
Mañana todo el pueblo por las calles
y la conocerán, y dirán: «Esta
es su camisa, aquella, la que era
sólo un remiendo y ya no le servía.
¿Qué es este amor? ¿Quién es su lavandera?»
Poema seleccionado por Patricia Blanco Embid, profesora de Lengua y Literatura Españolas del IES Parque Goya
Poema seleccionado por Patricia Blanco Embid, profesora de Lengua y Literatura Españolas del IES Parque Goya
Poeta español nacido en Zamora en 1934.
Licenciado en Filología Romántica por la Universidad de
Madrid, fue lector de español en las Universidades de Nottingham y Cambridge entre 1958 y 1964. Esta
circunstancia le permitió conocer a los románticos ingleses y a Dylan Thomas,
quien fue fundamental en su formación como poeta.
Antes de cumplir los veinte años, en 1953, obtuvo el premio
«Adonais», al que siguieron luego el premio «Nacional de la Crítica», el
«Nacional de Literatura» el de «Letras de Castilla y León», el «Premio Nacional
de Poesía», el «Príncipe Asturias de las Letras», y el «Reina Sofía
Iberoamericana». En 1987 fue elegido miembro de número de la Real Academia
Española de la Lengua para ocupar el sillón I,sustituyendo a Gerardo Diego. Fue
nombrado Hijo Predilecto de la Ciudad de Zamora en 1989, y en
1999, falleció en Madrid cuando se encontraba trabajando en su último libro de
poemas.
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