TEATRO
DE HALLOWEEN
El
31 de octubre, día de Halloween, nos llevaron al salón de actos a la quinta
hora. Todos sabíamos que habría una representación de teatro, pero nadie se
imaginaba lo que iba a ocurrir. Unos se esperaban un gran decorado con multitud
de actores y una trepidante historia, y otros se conformaban con un par de
personaje y uno de los clásicos cuentos de miedo. Digamos que todos acertaron
en parte.
Primero,
nos llevaron, en silencio, por los pasillos. De repente, en un recodo de los
pasillos, encontramos una camilla de hospital con una niña encima. Aquí llegó
la primera sorpresa. Nos hicieron sentar y, sin previo aviso, empezó una
representación sobre una niña poseída y un exorcismo. Fue espontánea y muy
dinámica. La verdad es que estaba muy bien hecha y dio algún que otro
susto.
De
ahí, pasamos al teatro donde empezaría el espectáculo de verdad. En el
escenario había una señora como petrificada. Hasta que nos sentamos todos y nos
callamos, no habló. Dijo que venía de la Mansión de los Doce Robles, y que ahí
cuidaba de muchos fantasmas. Dijo que nos contaría la historia del espíritu de
Lu Shi y que lo invocaría. Así pues nos enteramos de cómo murió y cómo lo había
atrapado en un cofre para llevárselo a su mansión. Entonces nos despedimos, y
nos fuimos a clase comentando todo lo que habíamos visto.
A
la salida del instituto, todos hablaban de la magnífica representación. Unos
alardeaban diciendo que no les había dado miedo, otros admitían que se habían
asustado un poco. Pero casi todos coincidíamos en que había sido genial y muy
descriptiva. Aun así, un pequeño grupo decía que se esperaban algo más
terrorífico, pero al final, todos decidimos que fue algo muy diferente al
colegio y que estaba muy bien hecho. Nos había encantado y, sinceramente,
perder una hora de clase estaba muy bien.
Rodrigo León
Nardo, 1ºC
ESO.
Buena crítica que demuestra capacidad de observación
ResponderEliminar